Hijo del Lamborghini Gallardo, coche que durante diez años hizo la fortuna del toro, Huracan marca el paso de una era, la evolución natural de un coche ganador, un éxito mundial.
Las mejoras introducidas son numerosas en todos y el cambio considerablemente más rápido. El Huracan ha ganado no solo por una mejor conducción y el nuevo chasis claramente deportivo y moderno, sino porque representa mejor que nadie a Lamborghini, sus valores y principios, la máxima expresión de velocidad.