Para los nostálgicos del motor atmosférico, el Lamborghini Huracan Spyder es el automóvil perfecto. Solo con un simple gesto y abriendo el capó, puede escuchar uno de los conciertos más hermosos del mundo. No se trata de gustos musicales, estamos hablando de una sinfonía perfecta, porque la música es como el rugido de un Lamborghini, el resultado de un trabajo en equipo. A bordo de un Huracan no se es solo un piloto, sino un gran director de orquesta.